La proliferación en el PP de iniciativas internas críticas con Rajoy ha tenido un efecto contrario al aparentemente deseado. Fuentes cercanas a la dirección del partido aseguran que el goteo de pronunciamientos inconexos desde sectores muy diversos pone en evidencia que nadie en el PP concita el consenso necesario como para suponer una alternativa a Rajoy. «Una cosa es enfrentarse con Esperanza Aguirre y otra que te critique Alejandro Ballestero», asegura un dirigente del PP, que recuerda que Ballestero, diputado por Toledo de 33 años y último dirigente que se desmarca de Rajoy, es más famoso por sus apariciones en la prensa del corazón que por sus iniciativas políticas.
El equipo de Rajoy está convencido de que el líder del PP ha superado el momento más crítico y que nadie dará el paso de presentar una lista alternativa en junio. En todo caso, al contrario de lo que hubiera supuesto una candidatura encabezada por Aguirre, creen que una lista en el congreso liderada, por ejemplo, por Juan Costa sería más beneficiosa que perjudicial para Rajoy. En ese contexto, los próximos al presidente del PP consideran superada la crisis con Aguirre, cuyo peor momento fueron las declaraciones de Rajoy en Elche invitando a quien quisiera «irse al Partido Liberal» a hacerlo si así lo deseaba, lo que fue interpretado por la presidenta madrileña como una invitación a abandonar el PP. En contraposición a ese áspero diálogo, los partidarios de Rajoy ponen el ejemplo de la cena del pasado martes, en la que Rajoy y Aguirre confrontaron sus respectivas visiones del partido en un tono amigable, cordial y constructivo.
Todo indica que Aguirre ha renunciado de momento a plantear batalla a Rajoy. Pero lo más importante es que la presidenta madrileña tampoco parece dispuesta a dar su apoyo a una lista alternativa como la de Juan Costa, lo que sí sería peligroso para Rajoy, y prefiere aplazar sus propias bazas.
«Ha bajado la fiebre»
Como muestra de esa distensión, el portavoz no oficial del PP y del equipo de Rajoy, Esteban González Pons, afirmó ayer que tras la cena del martes en San Sebastián de los Reyes, al PP «le ha bajado la fiebre», aunque admitió que «no está curado».
González Pons fue más lejos y se atrevió a asegurar incluso que Esperanza Aguirre, «va a estar» en la candidatura que presente Rajoy en el Congreso, porque es «imprescindible». «Yo tengo más seguro que va a estar Esperanza Aguirre que de que voy a estar yo, porque a mí me han dicho que voy a estar, pero Esperanza Aguirre es imprescindible», puntualizó el diputado valenciano. Las palabras de González Pons son significativas, porque hasta el momento solo él y Alberto Ruiz-Gallardón han sido confirmados como miembros de esa candidatura. Desde el entorno de Aguirre se había hecho llegar el malestar por el hecho de que Rajoy confirmara públicamente que cuenta con Gallardón y no utilizara la cena del martes para hacer lo mismo con la presidenta de Madrid. La intervención de González Pons parece responder a esa inquietud.
Pese a las interpretaciones críticas que se han hecho sobre el discurso de Aguirre ante Rajoy, el portavoz oficioso del PP explicó que el acto demostró que los dos discursos «no son antitéticos» y que «pueden estar juntos en la misma candidatura y en el mismo partido». González Pons recordó también que frente a desplantes anteriores, en ese acto Aguirre se levantó «la primera» para aplaudir a Rajoy.
Liberación de avales
Respecto a otra polémica, las acusaciones a Rajoy de no facilitar la presentación de otra candidatura, el líder popular no está dispuesto a dar un paso en ese sentido hasta que alguien confirme su intención de encabezar una lista alternativa. Solo si alguien da ese paso -Costa parece la única posibilidad-, Mariano Rajoy estaría dispuesto a liberar avales -ya tiene más de 2.500 comprometidos frente a los 600 exigidos-, en caso de que su rival no logre reunir los oficialmente requeridos.
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