El magistrado del Tribunal Constitucional Roberto García-Calvo ha fallecido hoy en Villaviciosa de Odón (Madrid) a los 65 años. García-Calvo fue elegido magistrado del Constitucional por el Congreso de los Diputados el 30 de octubre de 2001.
Nacido en La Bañeza, León, el 14 de junio de 1942, García Calvo fue magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo (1995-2001) y gobernador civil de Almería. Licenciado en Derecho, fue número uno de la XVII Promoción de la Escuela Judicial y en julio de 1968 ingresó en la carrera fiscal.
En 1971 fue designado presidente del Tribunal Provincial de Amparo de Almería, donde hasta ese momento era Teniente Fiscal de la Audiencia Provincial.
El 10 de abril de 1976 fue nombrado gobernador Civil de Almería, cargo en el que permaneció hasta que a mediados de 1977 presentó su dimisión para reincorporarse a la carrera judicial como magistrado de Trabajo en Guadalajara. En 1979 fue destinado a la magistratura de Trabajo número 8 de Madrid, y en 1986 nombrado magistrado del Tribunal Central de Trabajo.
El 7 de marzo de 1989 fue elegido vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cargo que ocupó hasta 1990. Roberto García-Calvo, que concurría como único candidato a la vacante del CGPJ, fue elegido por el Senado a propuesta de Alianza Popular (AP). En dos ocasiones anteriores, en marzo y en abril de 1988, el Congreso había votado en contra de su candidatura, al no contar ésta con el apoyo del Grupo Socialista.
En el CGPJ formó parte de las comisiones de Estudios, Informes y Disciplinaria. En octubre de 1990, al finalizar el mandato de los vocales del CGPJ elegidos en su mayoría en 1985, García-Calvo, que había sido nombrado en 1989, recurrió en amparo al Tribunal Constitucional por considerar que debía permanecer en el cargo hasta cumplir sus cinco años de mandato. El 30 de octubre del mismo año el Constitucional decidió, por unanimidad de los tres magistrados que formaron sala, no admitir a trámite el recurso interpuesto por Roberto García-Calvo.
A continuación ejerció como fiscal del Tribunal Supremo hasta el 25 de octubre de 1995, fecha en la que fue elegido magistrado de la Sala Segunda de dicho Tribunal, en sustitución de Marino Barbero. En esa votación García-Calvo obtuvo diez votos frente a siete del catedrático Santiago Mir Puig.
En mayo de 1998 abogó por conseguir «la máxima aproximación de la carrera judicial a la carrera fiscal», ya que este modelo otorgaría al Ministerio Fiscal «más independencia del poder político».
En julio de 2001 fue propuesto por el Partido Popular como candidato a una de las cuatro vacantes de magistrado del Tribunal Constitucional. El 30 de octubre, Gay Montalvo fue elegido magistrado del Tribunal Constitucional por el Congreso de los Diputados, junto a Javier Delgado Barrio, ex presidente del CGPJ y del Supremo, Roberto García Calvo y Elisa Pérez Vera para un mandato de nueve años.
Los cuatro nuevos magistrados tomaron posesión de su cargo el 12 de noviembre de ese mismo año, en el pleno del TC que también juraron sus cargos el nuevo presidente, Jiménez de Parga, y el vicepresidente, Tomás Vives.
En octubre de 2006 la Generalitat de Cataluña le recusó por «falta de imparcialidad», en relación con los recursos presentados contra el Estatut de Cataluña, por el Partido Popular.
El 19 de octubre de 2007 el Gobierno decidió recusarle, junto con el también magistrado del TC Jorge Rodríguez-Zapata, en el recurso del PP contra la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, por considerarlos «contaminados» en el proceso.
Ambos magistrados en junio de 2007 expresaron a través de un escrito su «más profunda discrepancia» con la reforma aprobada de la LOTC y concretamente con el artículo que establece que se amplíe automáticamente el mandato de la presidenta del TC, María Emilia Casas.
Roberto García-Calvo era miembro de la Asociación de Fiscales (AF) y estaba en posesión de la Cruz de San Raimundo de Peñafort.
La muerte del magistrado García-Calvo allana el camino del Estatut en el TCEl PP no podrá cubrir la vacante del juez «conservador» sin el apoyo del PSOE en el Congreso La presidenta del tribunal recuperaría así su voto de calidad en la votación
Roberto García-Calvo, de 65 años, era uno de los magistrados más críticos con el Estatuto catalán.
La muerte del magistrado del Tribunal Constitucional (TC) Roberto García-Calvo, fallecido ayer en Villaviciosa de Odón (Madrid) a los 65 años de edad, añade más dosis de incertidumbre, si cabe, a la crisis que atraviesa la institución, dividida entre jueces de uno y otro signo. García-Calvo fue, precisamente, uno de los dos magistrados (junto a Jorge Rodríguez Zapata) recusados por el Gobierno -en una decisión sin precedentes- en el recurso del PP contra la reforma legal que permitió prorrogar el mandato de su presidenta, María Emilia Casas. El jurista fallecido (elegido a propuesta del PP) era, además, uno de los más significados críticos contra algunos de los preceptos recurridos del Estatuto de Cataluña, sobre el que el Constitucional debe pronunciarse aún. Y es en ese debate, precisamente, donde la muerte del magistrado puede alterar el inestable equilibrio de fuerzas existente en el TC. De los doce magistrados que componen el Pleno, uno (el «progresista» Pablo Pérez Tremps) fue recusado por elaborar un informe sobre el Estatut para la Generalitat, lo que decantaba la balanza en favor del sector «conservador». Ahora, sin embargo, la situación se equilibra de nuevo, lo que dejaría en manos del voto de calidad de la presidenta (alineada normalmente con las tesis «progresistas») un más que probable empate.
Tradicionalmente, en caso de fallecimiento de un magistrado del TC es el partido que le propuso quien debe presentar a su posible sustituto al Congreso, donde para ser elegido necesita una mayoría de tres quintos. Pero la delicada situación que vive el TC puede trastocar esa norma no escrita. Fuentes socialistas aseguraron a este periódico que «no se entendería» que el PP proponga un sustituto cuando hay otros cuatro magistrados, elegidos en su día por el Senado, que están actualmente en funciones por la falta de acuerdo para su renovación entre los dos grandes partidos. «Esta situación debe llevar al PP a abordar de una vez la renovación del TC», afirman. Unas palabras que dejan entrever que el PP podría no contar con el apoyo del PSOE si pretende elegir al sustituto de García-Calvo (que en todo caso agotaría el mandato del fallecido, que expiraba en 2010).
«Un peso pesado de la judicatura»
El portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Enrique López, aseguró ayer que con el fallecimiento de García-Calvo «se ha perdido a un gran magistrado». López trasladó a sus familiares y allegados su sentido pésame y su máxima solidaridad por la pérdida de este «gran jurista, como lo ha sido». Por su parte, la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) mostró también su sentimiento de dolor por el fallecimiento del magistrado del Tribunal Constitucional.
En declaraciones a Efe, el portavoz de la APM, Antonio García, mostró su «sentido pésame» por la muerte de García-Calvo, a quien definió como un «peso pesado de la judicatura».
El portavoz de la APM resaltó que el magistrado «lo ha sido todo en lo judicial» y remarcó que era un juez de «gran prestigio y reconocida solvencia». Después de declarar que su fallecimiento causa un «gran dolor» a toda la «familia judicial», el representante de la APM aseguró que García-Calvo también era «una persona muy interesante desde el punto de vista intelectual».
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